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DRUNKOREXIA - EBRIOREXIA O ALCOHOREXIA: TRASTORNO DE CONDUCTA ALIMENTARIA

Aunque no es reciente, la drunkorexia como es más conocida se convierte en una nueva forma de trastorno de conducta alimentaria. El término drunkorexia (drunk –en inglés, persona en estado de alicoramiento- y orexia –del griego Apetito-) está definida como la tendencia de algunas personas a restringir la ingesta parcial o total de alimentos para reducir al máximo el aporte de calorías y obtener solo las del alcohol que ingerirán después y de esta forma evitar subir de peso, Generalmente se presenta en adolescentes. La característica principal de las personas que inician esta nueva práctica es la robusta información acerca de la cantidad de calorías de los alimentos y de las bebidas, en contra del desconocimiento del concepto de “alimentación saludable” llevándolos a consumir lo que más tienen a mano, que generalmente es la comida considerada como “chatarra”, dulces y barritas energéticas que no tienen nada que ver con una nutrición balanceada. El doctor en Ciencias Químicas y profesor de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid Antonio Villarino Ruiz, explica que estas conductas, cada vez más frecuentes, tienen un origen claro: el culto a la salud corporal buscando “la salud total”, acompañado por un canon estético ilusorio de la perfección “que nos conduce a modificar o, al menos a modular, los hábitos alimentarios”.

Fuente de la imagen: http://antonia-alcohorexia.blogspot.com/ El doctor Villarino llama la atención ante todo en el diagnóstico, pues teniendo en cuenta que este trastorno no se encuentra “remarcado” socialmente y no se presenta de forma continua entre los que lo padecen, cuando se llega a la asistencia médica, generalmente ya se encuentra en un estado avanzado, donde sus síntomas ya requieren tratamiento; pues en este problema están reunidas la anorexia, la bulimia y el alcoholismo. La recomendación general, como en todas las problemáticas psicosociales presentes en la niñez y adolescencia es crear y mantener buena comunicación entre padres e hijos/as que incluya información acerca de los peligros tanto de la nutrición desbalanceada como del consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Lo más aconsejable es que esta información se imparta desde la edad escolar – a partir de los 7 años-. Y por último, recordar que en caso de observar conductas poco frecuentes que nos lleven a pensar que se está desarrollando este trastorno en nuestros hijos/as y estudiantes debemos consultar y/o remitir de inmediato a los especialistas (psicólogo, nutricionista, pediatra). Ahora que has aprendido el concepto de drunkorexia y sabes lo grave de este nuevo trastorno de conducta alimenticia, ¿Qué experiencias recuerdas que hayas tenido con personas cercanas (alumnos, hijos/as, sobrinos...) con respecto a este tema? Consideras importante mantener una buena comunicación entre padres e hijos/as como punto crucial en la solución de este problema? Cuéntame lo que piensas en los comentarios más abajo. Y recuerda que lo más importante para evitar los riesgos psicosociales en nuestra comunidad es la calidad de tiempo que pasemos junto a sus miembros


Sean bendecidos,

Carin Alexa Prieto Cruz, PhD.



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